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Desmontamos los mitos del teletrabajo: consejos y prácticas recomendadas

El teletrabajo tiene mala reputación, ¿pero es merecida?

Siempre que surge el tema del teletrabajo, es habitual que la gente muestre de inmediato su escepticismo. Estos son comentarios habituales:

“Eso nunca funcionaría con nuestro sistema”.

“Sobre el papel suena bien, pero los teletrabajadores no pueden asistir a las reuniones y nunca disponen de toda la información”.

“Sí, lo hemos intentado, pero al final no funcionó y todos los teletrabajadores acabaron despedidos”.

“¿Cómo sabes que la gente no está haciendo el vago?”.

En fin...

Todas estas declaraciones se basan bien en suposiciones falsas, bien en fallos de proceso. El teletrabajo recibe mala prensa cuando, en realidad, los problemas los provocan comportamientos y políticas fácilmente identificables.

Para que el teletrabajo sea eficaz, hay que comenzar por arriba. Cuando los líderes culturales de la empresa corrigen comportamientos no compatibles con el teletrabajo e instauran procesos inclusivos, los efectos van calando hasta crear una experiencia adecuada para todos.

Mito n.º 1

“Los teletrabajadores son unos holgazanes”

Se tiene la idea de que si no puedes ver a alguien físicamente en su mesa trabajando, es que no está haciendo nada de nada.

Cualquier trabajador, esté donde esté, puede andar haciendo el vago si sus superiores no comunican de forma apropiada sus expectativas y plazos. Si alguien entiende el trabajo del que es responsable (los objetivos) y cuándo es necesario que lo haya completado (los plazos), y trabaja en consonancia (con actualizaciones regulares del estado), nunca se hará merecedor del apelativo de “vago”, independientemente de dónde se encuentre. Los equipos que recompensan los resultados positivos atraen a personas capaces de ser productivas en cualquier parte y las conservan.

Consejo: Además de contar con una herramienta de chat para conversaciones rápidas, los gestores también deberían organizar contactos semanales mediante videollamada con sus subalternos directos para responder dudas o informarse de cualquier contratiempo.

No trabajes nunca en la cama.

Cuando empecé a teletrabajar a tiempo completo en Buffer, me puse como regla que nunca trabajaría en la cama. Estos son los motivos:

  • Dificulta conciliar el sueño, ya que trabajar en la cama debilita la asociación mental que tenemos entre estar en la habitación y dormir.
  • Puede que empieces a sentirte como si estuvieras siempre en el trabajo y no tengas un lugar en el que relajarte.
  • La calidad de tu sueño se verá perjudicada, porque, si utilizas aparatos electrónicos antes de dormir, segregas menos melatonina de la que necesitas para conciliar el sueño.

- Hailley Griffis, especialista en Marketing del Futuro del Trabajo, Buffer

Logotipo de la empresa Buffer
Mito n.º 2

"Los teletrabajadores deciden si quieren demostrar constantemente que están trabajando"

Muchos teletrabajadores piensan que tienen que estar disponibles constantemente en sus espacios de trabajo digitales para demostrar que están trabajando. Sienten que tienen la obligación de estar presentes en todas las conversaciones de chat o que tienen que contestar enseguida las notificaciones.

Esta presión les provoca una ansiedad innecesaria. En lugar de poder concentrarse en su trabajo, tienen que preocuparse constantemente de cómo se perciben sus contribuciones.

Estas ideas se basan en el concepto de que los teletrabajadores son "otra cosa", que son distintos en cierta manera de sus compañeros. Si los teletrabajadores sienten esta presión que les obliga a estar disponibles, probablemente sea porque piensan que no se les valora del mismo modo que a los trabajadores presenciales.

Consejo: Estos pensamientos agobiantes se alivian si se normaliza el teletrabajo en toda la empresa. Estos compañeros no son distintos ni tienen ninguna carencia, e incluso puede que tengan menos distracciones. Todos deberían marcarse unas horas de "trabajo profundo" en su calendario o añadir un estado en su herramienta de chat para indicar su disponibilidad.

Los teletrabajadores se levantan y se presentan en el trabajo cada día como cualquier otro trabajador, aunque sí es verdad que probablemente tengan un desplazamiento más corto que el resto.

Mito n.º 3

El teletrabajo hace que la cultura de empresa se resienta

Hay personas que desconfían de los equipos remotos porque temen que se pierda el compañerismo entre los trabajadores. Es cierto que en los equipos remotos no se dan encuentros sin motivo aparente en la máquina del café ni paradas y charlas informales en los pasillos, pero, con una buena planificación, estos momentos de interacción social pueden incorporarse a la dinámica del teletrabajo.

Consejo: Teniendo en cuenta que en un minuto de interacción cara a cara se pueden intercambiar hasta 10 000 señales de comunicación no verbal, las herramientas de videoconferencia son esenciales para forjar relaciones con los demás. A través de las reuniones por videoconferencia, puedes organizar actividades que fomenten el espíritu de equipo aprovechando los puntos fuertes del teletrabajo, como que cada uno comparta las vistas de su oficina o presentar a tu gato al gato de un compañero de trabajo y ver cómo se desarrolla esa amistad felina.

De hecho, en esta guía hemos dedicado un capítulo entero a ofrecer consejos sobre la cultura de empresa para el teletrabajo. Puedes leer más aquí.

Mito n.º 4

"Las personas que teletrabajan están disponibles las 24 horas del día"

Es fácil suponer que, como siempre están en casa, siempre estarán disponibles para responder una pregunta rápida sobre el trabajo. Eso es totalmente falso.

Una de las mejores y más utilizadas prácticas de teletrabajo es establecer un horario de trabajo estricto, como lo harías si estuvieras trabajando en una oficina. Se anima a los teletrabajadores a que decidan (y comuniquen) en qué horario estarán disponibles, a que hagan descansos para el almuerzo y a que salgan física y mentalmente de su espacio de trabajo en su tiempo libre. La separación entre el trabajo y la vida privada sigue siendo posible aunque tengas la oficina en casa.

Consejo: Haz un seguimiento de los horarios de disponibilidad en un tablero de equipo en el que incluyas otra información importante. Si no tienes claro si alguien está disponible en ese momento, puedes consultar la tarjeta cuando quieras.

Sigue un ritmo que te resulte cómodo.

Al teletrabajar, dispones de mucho tiempo que puedes dedicar tranquilamente al trabajo profundo. ¡Pero eso es agotador! Haz pausas de 5 minutos a lo largo del día: da un paseo, llama a tu madre, juega con tu gato... Cuídate para que así sigas con energía llegado el viernes y puedas disfrutar de tu tiempo libre.

- Sarah Goff-Dupont, redactora principal en Atlassian, teletrabaja desde Minnesota

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